- Estar bien preparado y contar con toda la información necesaria para tomar una decisión.
- Tener presente el principio de ganar-ganar.
- Ser persuasivo, nunca dominante ni intimidante.
- Ser paciente, no precipitar las cosas, todo lo contrario, dejar que las ideas y proposiciones fluyan naturalmente.
- Ser receptivo con emociones positivas.
- Saber escuchar.
- Saber explicar para defender un punto de vista, nunca disputar.
- Tener en cuenta cuál es el motivo de conflicto y no perderlo de vista para poder llegar a una negociación.
Perseverancia en la resolución de conflictos
La perseverancia está relacionada con un esfuerzo continuo para el logro de una meta, superando obstáculos que se puedan presentar en el camino. Esta ocupa de mucha paciencia y esfuerzo, pero al final la recompensa es haber logrado lo propuesto.