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Conclusión

En conclusión, en la era digital donde la tecnología cambia a una velocidad sin precedentes, la actualización ya no es una opción, sino una necesidad.

La clave de un proceso formativo pertinente y de calidad reside en el aprendizaje permanente, lo cual está vinculado directamente a la incorporación de herramientas tecnológicas en el quehacer docente, siendo las personas docentes los llamados y llamadas a ser estudiantes perpetuos(as).

La exigencia de diseños curriculares flexibles a las necesidades del estudiantado, pero que reflejen las competencias, capacidades y habilidades que el mercado demanda, son necesarias.

Sin embargo, un currículo actualizado no garantiza el éxito del proceso formativo.

Por lo tanto, la labor docente, hoy más que nunca, es fundamental; pero debe ir de la mano con actualización en temas tanto técnicos como tecnológicos, los cuales requieren un desarrollo de habilidades pedagógicas innovadoras, que estén integradas a un uso fluido de las herramientas tecnológicas.

Un(a) docente que abraza estas herramientas no solo moderniza su práctica, sino que también modela el espíritu de aprendizaje continuo que se espera de sus estudiantes.

Al incorporar la tecnología, la persona docente transforma el entorno, optimiza y moderniza la función docente, lo cual, a su vez, hace que el/la estudiante se prepare para desenvolverse en un mundo laboral que cada día es más digitalizado.

Lo anterior en el entendido que no se puede obviar que puede existir una resistencia al cambio por parte de algunas personas docentes y estudiantes.

Uno de los grandes retos que tiene el INA (y el país en general) es la brecha digital que existe, por falta de acceso equitativo a dispositivos y a conectividad, además de que las mismas herramientas constantemente evolucionan, cambian y se actualizan, lo cual genera que como docentes se inviertan recursos y tiempo para mantenerse actualizado(a). Todo esto sumado a la complejidad de adaptarse e involucrarse en esta transición que es indispensable.

El incorporar la tecnología puede facilitar la labor docente, enriquecer los ambientes de aprendizaje y sobre todo, preparar en gran medida al estudiantado, para un mundo tecnológico que evoluciona sin parar.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)