En conclusión, contar con una instrumentación bien elaborada, con la estructura establecida y con una redacción de indicadores clara y medible, sumado a generar espacios para realizar devoluciones pedagógicas reflexivas, constructivas y que les permita a las personas estudiantes conocer las fortalezas y áreas de mejora, permite a la persona docente construir espacios de confianza para su crecimiento.
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A su vez, le facilita a la persona docente emitir un juicio criterial claro y transparente, tomando en cuenta las evaluaciones de las actividades tanto de proceso como de resultado.
En conjunto, estos tres elementos permiten recopilar información precisa sobre el desempeño de los(as) estudiantes.
Por último, pero no por eso menos importante, la integración consciente y efectiva de la elaboración de instrumentos, la devolución pedagógica y el juicio criterial contribuye a una evaluación más justa, formativa y potenciadora del desarrollo integral de los(as) estudiantes.
Hemos llegado al final de este recurso.
Es importante recalcar la importancia de la lectura de la Guía para el diseño de actividades evaluativas de proceso y resultados - DI-GFST-19_02, así como contar con el apoyo y asesoramiento de la UDIPE.