Además de las tres técnicas mencionadas anteriormente, y de otras existentes para evaluar por competencias, también se encuentran las pruebas escritas y las de comprobación oral.
Es importante que estas técnicas evaluativas se construyan con un enfoque por competencias; es decir, evitando que tengan un carácter memorístico. Es pertinente tener clara esta diferencia para estructurar —principalmente la prueba escrita— de manera que evalúe la aplicación de conocimientos y no solamente la memorización.
¿Cómo se logra esto?
Redactando ítems que le permitan al estudiantado desarrollar ideas, y evitando ítems de selección, pareo o similares.
Las pruebas escritas, como técnica evaluativa, son valiosas; sin embargo, deben estructurarse de forma que permitan la aplicación de conocimientos, tal como lo hace una prueba de comprensión oral, que busca que la persona estudiante desarrolle una respuesta, y no simplemente que seleccione una opción o responda con un "sí" o "no".
Además de lo mencionado, es importante recordar que la elaboración de un instrumento que evalúe la información proporcionada por el estudiante es necesaria. Esto evita la subjetividad en la evaluación. En el caso de las pruebas orales, siempre es recomendable apoyarse en un recurso que grabe lo dicho por la persona.
A continuación, le invitamos a ver el siguiente vídeo, que complementa este tema. Presenta ejemplos prácticos sobre la técnica en estudio.
Haga clic sobre el vídeo para ver su contenido, tome apuntes y reflexione sobre cómo podría aplicar lo aprendido en su área técnica.
Continuemos…