Estas actividades se desarrollan con base en los saberes que se encuentran en el diseño; sin embargo, se debe tener el cuidado de evitar que se evalúen dos veces los contenidos: en las actividades de proceso y en la de resultado.

Es importante recordar que no todas las actividades de proceso son evaluadas y es la persona docente quien determina cuáles requieren evaluarse. La selección de cuáles actividades sí pueden ser evaluadas debe realizarse tomando en cuenta aspectos como la relación directa que tiene con las actividades evaluativas de resultado o si es una actividad de proceso importante para el logro de las capacidades planteadas, que le permita a la persona docente medir el avance en la adquisición, construcción y logro de las habilidades, destrezas y conocimientos.

Como insumos para las actividades evaluativas de proceso se tiene el diseño curricular -saberes- del módulo o curso y la misma actividad de comprobación.

Las actividades de proceso (con función diagnóstica, formativa o formadora) que no sean evaluadas, apoyan el desarrollo del estudiantado; sin embargo, no aportan evidencia para ser tomadas como insumo para el juicio criterial.

Ejemplo de estas actividades pueden ser un vídeo comentado, preguntas dirigidas o una actividad por medio de Mentimeter.

Finalmente, es importante indicar que la elaboración de los instrumentos que servirán para evaluar las actividades de proceso debe realizarse con los formatos vigentes, los cuales se verán más adelante.

Nota explicativa docente: Estas actividades ya se encuentran establecidas en el diseño curricular y se ubican al final de cada Unidad de Aprendizaje (UA) por formato -aunque algunas UA pueden no tener actividad de comprobación-; sin embargo, el momento de ejecución de la actividad debe ser indicado en la descripción. Si no hay indicación, se ejecuta al finalizar la UA y el documento se encuentra en el apartado 3 de los documentos de módulo y curso.

Las actividades evaluativas de resultado, las cuales se establecen por medio de las actividades de comprobación, permiten emitir el juicio criterial final, aunque es importante recordar la importancia que tienen las actividades evaluativas de proceso.

Como docentes, se encontrarán estudiantes que su desempeño durante una actividad de proceso es el óptimo, pero en una actividad de resultado, cuando sabe que determina el continuar o finalizar el servicio, ese desempeño puede verse afectado, por lo cual la “suma” de ambas actividades es primordial, para así emitir ese juicio criterial final.

En los diseños, tanto de módulo como de curso, las personas docentes encontrarán los documentos de la actividad de comprobación, en los cuales se menciona la cantidad de oportunidades que el/la estudiante tiene para realizar la prueba. Este aspecto será ampliado más adelante en este curso.

Además de la cantidad de oportunidades, los documentos contienen una descripción general de la actividad y una serie de indicadores. Esta información la debe tomar el/la docente como base para elaborar el instrumento, para lo cual debe utilizarse el formato vigente. Esto será ampliado más adelante.