El nerviosismo es una reacción natural del cuerpo cuando se enfrenta a una situación que percibe como desafiante, como hablar en público. La clave no está en eliminar los nervios, sino en aprender a gestionarlos.
Estrategias para el control de los nervios
Preparación anticipada
- Ensaye varias veces la presentación, preferiblemente en voz alta y frente a un espejo o grabándose en video.
- Practique el inicio y el cierre, ya que son los momentos que generan mayor ansiedad.
- Ejemplo: Si debe exponer sobre “estrategias de marketing digital”, ensaye la introducción tres veces hasta poder decirla con fluidez, sin leer las diapositivas.
Conocimiento profundo del contenido
- No se limite a leer diapositivas; estudie el tema para poder explicar con sus propias palabras.
- Esto le permitirá responder preguntas inesperadas con mayor seguridad.
- Ejemplo: en lugar de memorizar la definición de “inteligencia artificial”, explíquela con un ejemplo cotidiano como el uso de asistentes virtuales (Alexa o Google Assistant).
Respiración controlada y relajación física
- Antes de comenzar, inhale profundamente por la nariz durante 4 segundos, mantenga el aire 2 segundos y exhale lentamente por la boca durante 6 segundos.
- Repita el ciclo 3 o 4 veces para reducir la tensión física.
- Ejemplo práctico: Antes de subir al escenario, cierre los ojos, realice esta respiración y observe cómo disminuye la sensación de palpitaciones aceleradas.
Visualización positiva
- Imagine la exposición como una oportunidad para compartir su conocimiento, no como un examen.
- Visualice al público receptivo, atento y valorando su esfuerzo.
- Ejemplo: En lugar de pensar “me voy a equivocar”, piense “mi explicación va a ayudar a otros a comprender un tema importante”.
Rutinas previas a la exposición
- Desarrolle pequeños hábitos que lo tranquilicen: beber agua, sonreír, revisar su primera diapositiva, ajustar la postura.
- Estos gestos generan sensación de control y confianza.
