Una vez documentados los procedimientos se continúa con el proceso de validación, con el fin de determinar si las medidas de control son o no capaces de lograr su propósito específico, en función del control de peligros.

La validación significa aplicar pruebas que demuestran que la medida definida es capaz de controlar el peligro.
Está centrado en la recolección y evaluación de información para determinar si el POE, al ser implementado apropiadamente, controlará efectivamente los peligros para la inocuidad del producto.
Si los procedimientos están implementados y validados en una industria, se puede decir que las normas de BPM se están cumpliendo.