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La correcta manipulación de elementos gráficos en un documento no solo mejora su apariencia, sino que también fortalece su capacidad comunicativa. Al aprender a insertar y ajustar imágenes y otros recursos visuales, el usuario desarrolla habilidades que combinan creatividad con funcionalidad. Este conocimiento es esencial para producir materiales claros, atractivos y profesionales, tanto en contextos académicos como laborales. En definitiva, saber trabajar con gráficos es una competencia digital que transforma el texto en una experiencia visual más completa.