
Hurtado de Mendoza (2004), indica que la historia de ocupación humana en América ofrece evidencias más recientes, 12.000 años antes de Cristo, y que por estos tiempos grupos pequeños de cazadores y recolectores se desplazaron ampliamente por todo Norteamérica, dejando indicios de una tradición cultural que en la arqueología llaman “Clovis”, la cual es evidente por los artefactos de piedra que, por la dureza del material, han sobrevivido la acción del tiempo.
Estos pobladores se caracterizaban por ser grupos pequeños, nómadas, organizados socialmente en bandas, que vivían de manera ocasional en campamentos a campo abierto o en refugios rocosos y se desplazaban en función de la caza (de megafauna y fauna menor), y de la recolección de productos.
Este es el modo de vida más antiguo y se basó por una parte en la caza de megafauna o animales gigantes como el mastodonte, el megaterio o perezoso gigante y el gliptodonte o armadillo gigante. Para esta cacería fueron creadas y utilizadas herramientas como puntas de flechas, conocidas como puntas clovis y cola de pez, fueron armas formidables y eficientes, diseñadas y elaboradas para asegurar el éxito en la cacería de animales grandes y de piel muy gruesa, pero cumpliendo a su vez con otras funciones como raspar, perforar y extraer frutos, raíces y tubérculos.
Es un artefacto en la tradición cultural sudamericana, sin embargo, se han encontrado en sitios que van desde Costa Rica y Panamá hasta Tierra del Fuego, pasando por los Andes Centrales. Se le asigna una antigüedad alrededor del año 7.000 a.C. Hurtado de Mendoza


Aunque se les considera principalmente cazadores, pudiese ser que esa actividad también haya sido complementada con la caza de fauna pequeña, la recolección de plantas silvestres y conchas marinas, variando en importancia según el lugar. Al tener un tipo de organización social tipo bandas familiares, debieron contar con una cultura material que incluía vestimenta, refugios, herramientas, armas, ornamentos y vasijas, para las cuales se tendría que haber utilizado una variedad de materia prima como la piel de los animales, conchas, hueso, piedra, madera y fibras vegetales. No obstante, en Norteamérica como en América Central, solo se han hallado artefactos hechos en piedra, siendo los únicos que han logrado soportar los rigores del tiempo y la acidez de los suelos. Hurtado de Mendoza (2004).
Entre el 7.000 y 2.000 a.C. los grupos indígenas comenzaron a combinar la caza y la recolección. Con los primeros cultivos y alrededor del segundo y tercer milenio antes de Cristo, se practicaría una agricultura incipiente de tubérculos con mantenimiento de árboles frutales, como tradición generada a raíz del conocimiento adquirido durante la recolección de plantas silvestres. Las prácticas de recolección fueron esenciales por lo que es posible que los grupos realizaran rondas estacionales en determinadas zonas dependiendo de la época de maduración de los productos. Con el inicio de la producción de alimentos surgió un nuevo modo de vida, el Aldeano Igualitario, pero antes de proceder con la caracterización de este modo de vida, se desarrollará de manera somera el tema de la megafauna con el propósito de revelar algunos datos de utilidad para el guía de turistas.
En cuanto a la mención de presencia de megafauna a la llegada de los cazadores y recolectores al continente, existen algunos rasgos generales que nos interesa que conozca, es por ello, que le invitamos a presionar el botón Siguiente y observar la información incluida.