Reducción del consumo de papel y recursos naturales:
Conservación de árboles: la producción de papel implica la tala de millones de árboles, contribuyendo a la deforestación y la pérdida de biodiversidad. La digitalización elimina o minimiza drásticamente esta necesidad.
Ahorro de agua y energía: la fabricación de papel es un proceso intensivo en el uso de agua y energía. Al reducir la demanda de papel, se disminuye el consumo de estos recursos y las emisiones asociadas a su producción y transporte..
Menos residuos: se reduce la generación de residuos de papel, disminuyendo la cantidad de basura que termina en vertederos y la contaminación del agua por los lodos del reciclaje.
Disminución de la huella de carbono:
Menos emisiones por transporte: al no ser necesario el transporte físico de documentos, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al envío y almacenamiento.
Reducción del uso de tintas y tóneres: la producción y eliminación de cartuchos de tinta y tóner tiene un impacto ambiental significativo. La digitalización reduce su consumo.
Espacios de almacenamiento: la necesidad de grandes espacios físicos para archivar documentos disminuye, lo que a su vez reduce el consumo energético asociado a la climatización, iluminación y seguridad de estos archivos.
Eficiencia y optimización de procesos:
Agilidad y productividad: los documentos digitales son más fáciles de organizar, buscar, compartir y modificar, lo que agiliza los procesos y mejora la productividad, evitando la impresión de múltiples copias.
Colaboración remota: facilita el trabajo remoto y la colaboración entre equipos sin necesidad de desplazamientos, lo que contribuye a la reducción de la huella de carbono por transporte.
Reutilización de información: los archivos digitales pueden ser actualizados y reutilizados sin degradación de la calidad, prolongando el ciclo de vida de la información.