Toda empresa posee una ruta crítica. Esto significa que existen tareas o actividades que no son tolerantes a los retrasos.
Estas tienen plazos establecidos, dado que otras actividades dependen de esas que no se pueden atrasar.
Por ejemplo, si en una agroindustria van a colocar una autoclave nueva y la red eléctrica no está en condiciones, y siendo que la autoclave es fundamental dado ya que aumentaron los pedidos de la clientela, si el contratista eléctrico no llegó en el período que le correspondía, esto hizo que el proveedor moviera la instalación hasta un mes después y esto creará una demanda insatisfecha.
Este es un claro ejemplo de cómo las actividades no se pueden atrasar porque perjudican a otras y hace que los costos aumenten o se pierda clientela.

Hay un efecto negativo al haber atrasos en las actividades/tareas en todas las relaciones empresariales, tanto internas como externas.