
La implementación de la inteligencia artificial en la Formación Profesional enfrenta desafíos sociales y culturales que demandan soluciones estratégicas y sensibilidad institucional. La resistencia al cambio y el desconocimiento tecnológico deben abordarse mediante capacitaciones efectivas que empoderen a los docentes, tal y como está sucediendo con esta capacitación. Asimismo, cerrar la brecha digital es una prioridad para garantizar que la IA sea accesible y no perpetúe las desigualdades existentes.
En el ámbito ético, la protección de datos y la transparencia algorítmica deben ser pilares fundamentales para generar confianza en su uso.
Finalmente, es imperativo adoptar medidas para mitigar los sesgos algorítmicos y asegurar que la IA respalde un aprendizaje humano e inclusivo. Solo al superar estos retos, la Formación Profesional podrá integrar la IA de manera justa y transformar verdaderamente la educación del siglo XXI.