El nivel de complejidad, amplitud y riqueza de las AFMN exige organizarlas detenidamente, para evitar cualquier imprevisto y mal funcionamiento de lo proyectado, aunque el tipo de actividad y sus diferencias pueden ser sustanciales, en cuanto a lo que detallamos en este apartado.
Aunque la normativa legal establece que siempre debe haber una persona adulta, enseñante o no, que ostente la responsabilidad de la actividad, también es cierto que el grupo de participantes debe ser y sentirse protagonista.
Algunas generalidades que se deben tomar en cuenta son:
1. Antes de la actividad
En esta etapa sobresale la prevención, por lo cual es imprescindible la correcta planificación del evento a realizar. Por ello, se deben respetar los pasos de la planificación: diagnóstico, objetivos, determinación del proyecto, determinación del lugar y organización de la actividad. Y plantearse las siguientes interrogantes: ¿a quién se dirige?, ¿qué pretendemos conseguir? y ¿en qué lugar?
Otras de las cosas que se deben hacer es realizar una previsión de los aspectos:
- Humanos (número de participantes, edad, sexo, preparación previa, nivel de estudios)
- Lugares (zona de acampada, emplazamiento, lugar, provincia, cómo llegar, servicios)
- Materiales (de infraestructura, sanitario, bricolaje, juegos y animación, personal)
- Presupuestos (ayuda institucional, previsiones, partidas de estos).
Considerar aspectos legales:
- Respecto a las personas participantes (autorizaciones paternas, certificados sanitarios, cartilla de desplazamiento, etc.)
- Respecto a la zona (autorización de la persona propietaria o administración, reconocimiento de esta)
- Respecto a la actividad (aspectos organizativos generales).
Y tener clara la programación general:
- Objetivos
- Contenidos
- Actividades de enseñanza-aprendizaje
- Criterios de evaluación.
2. Durante la actividad
Es una etapa en la cual se aplica el control de los procedimientos a seguir en lo que concierne a la seguridad de la actividad. Es una fase tan importante como las anteriores, ya que consiste en la valoración de todo el proceso de la actividad, siendo obra de todos(as) los(as) participantes en ella, con el fin de adoptar las medidas oportunas, para que posteriores actividades resulten positivas.
A modo de resumen, podemos hablar de una serie de acciones necesarias para realizar una actividad determinada en un medio natural, como lo son: prever, organizar, mandar, coordinar, controlar, decidir.
A su vez, es importante tener en cuenta las siguientes peculiaridades de las programaciones de AFMN, tales como: variabilidad, vinculación, flexibilidad y exactitud.
3. Evaluación
La evaluación constante y análisis de las actividades que programemos, así como la evaluación de los posibles accidentes, nos permitirán descubrir errores para una solución futura, con la certeza de darle a nuestras actividades de aventura cada vez mayor seguridad.